De vueltas


De vez en cuando se me olvida que no todas las personas con las que compartimos la vida están en el mismo punto de evolución personal. Avanzamos y nos estancamos con todo el derecho del mundo. Es una parte obligatoria del aprendizaje.
Pero me da rabia tener que aceptar este tipo de cosas y sobre todo saber las consecuencias que pueden tener.

Hacía días que me preguntaba sobre las personas, la distancia y el tiempo. Y es que esto es cíclico: Me lo pregunto y recuerdo cual era la respuesta.

Total, igual que viene, se va.

Sigamos pués.














Paseando


Aquí en Huesca, a la gente, por lo general, no le gusta este edificio. Es un edificio que está entre la plaza del mercado y la plazuela de San Pedro el Viejo, en pleno casco histórico. Tiene el color de la tierra, como todos los edificios originales de la ciudad, y quizá por eso no les guste, por el hecho de querer engalanar la ciudad para otros y dar buena imágen.

Es verdad que está a punto del derrumbe, que no lo tiran porque quedan varias familias viviendo dentro.

Y de momento se queda como uno de mis rincones favoritos de la ciudad.

Primavera, flores y otras cosas





Hay una cosa que me gusta mucho, y es entrar la primera corriendo al claustro de san pedro el viejo para desvirgar y poder disfrutar del olor de primavera y flores que se concentra dentro, y cuando ya lo he conseguido, esconderme detrás de alguna columna para poder ver la cara que ponen los primeros turistas que entran sin saber lo que van a encontrarse.

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Esta mañana, quizá hace un rato, en ese momento que ni es mañana ni es tarde porque ni has comido ni llega a ser medio día, me ha dicho una cosa a la que no he sabido dar las gracias, ni he sabido encajarlo en la conversación. Solo me ha salido una sonrisa, y es que no sabía que la energía que intento llevar conmigo, esa energía que a veces se me va de las manos por falta de experiencia, se ve fuera de mi.
Me ha dicho que soy como un rayo de luz.

Juego de sombras















 

































Me levanto con el cielo lleno de nubes, pasa el dia, inflamos unos globos, hacemos pajaritas de papel, paseamos en busca de la luz perdida y antes de lamentarnos por que se nos acaba el día, sale el sol y nos deja calentita la casa. Y las flores tan contentas, tanto como yo.

Ascendiendo









Trata de subir a lo más alto e intentar sentirse como un buitre a punto de salir a buscar térmicas , o de fundirse con el agua en su nacimiento a punto de resbalar hacia el cañon.

Para intentar conseguir alguna de éstas hay que andar, hay que ascender y hay que sudar. Pero sobre todo hay que sentir. Concentrarse en lo que pisas, en lo que te rodea. Respirar, observar y cuestionarse el qué y por qué está ahi, o qué haces tu allí. Sentarse y dejarse las prisas lejos para llegar a la cima y poder fusionarse con lo que se va a buscar.