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Volver a tener tiempo para apreciar la temperatura, sentir el aire frío y disfrutar buscando luces de colores para desenfocar el objetivo.
 No está de menos anhelar sensaciones que un día fueron maravillosas y que pasaron a formar parte de mis recuerdos. La temperatura suave, la calle sin gente y el olor a humedad son lo que sentí anoche mientras perdia la nocion del tiempo mirando a las farolas.

Calma y serenidad es lo que salió al momentito después de rebuscar en el cajon de las sensaciones acumuladas. Y fué justo en ese momento cuando decidí que hoy por hoy, mi mayor objetivo a largo plazo es sentir calma y serenidad dentro de mi.

Porque, lo que quiera ser de mayor dista mucho de los objetivos a largo o corto plazo que me quiera plantear en la vida, de todos los procesos de aprendiazje y hostiazas en la cara que van a caer en el camino.

Pero los añado a la lista de aspectos positivosde estos primeros cien años, que dicen las malas lenguas que son los mas complicados





El pan de cada día




Me gusta soñar con cosas obscenas, intercambiar saliva y papeles, aparecer en un escenario sin luz con trenes que arrasan y dar vueltas sin sentido con seres impensables. Los fluidos corporales que se quedan en mi cabeza, con y sin nombre, con y sin sexo determinados. Caricias reales que se esfuman al despertar, silencio alborotado mezclado con colores irreales, luces que se mueven, ojos que miran, aceras que desprenden humedad ¡nubes encharcadas de asfalto!

Encender la consciencia, levantarme a beber agua y hacer como si nada de todo eso hubiese pasado.

La primavera y el invierno juegan al escondite



 

No hay nada más bonito que abrir la persiana y ver que en pleno invierno están floreciendo los cactus con tan impresionantes bellezas... ahora si que permito que digan que soy facilmente impresionable.