Una tarde, hace no mucho tiempo una de mis guías de la vida dijo, sin apenas conocerme, que era muy creativa, a lo que yo le puse cara de suela de zapato y de asombro al mismo tiempo. Me gustó la idea, pero no supe como encajarla en mi ontogénica manera de pensar. Menos mal que cada día, según voy creciendo, va cambiando de forma.
No fué la unica, han aparecido varias luces más con forma de persona.
Les he hecho caso, y resulta que en mi segundo ciclo consciente he parido una aventura en forma de fotos. En el momento perfecto, las ideas perfectas y las horas sentada en la mecedora recibiendo ánimos, mimitos, impulsos e ideas locas en forma de jarras fresquitas llenas de bienestar.
Este es el resultado: artistas que simulan ser champiñones, álteres ego en forma de fans, explosiones de lucidez y planos paralelos que nos muestran lo que ocurre cuando vivimos nuestra realidad más irreal.
¡Soñemos!
Gracias kalandrakas!
