Las curvas de lo onírico




Hubo un día en que lo supe, en que en las curvas veía algo más, aunque siempre me digan que hay que frenar y pitar, porque físicamente es imposible ver más allá de una curva.
Lo que aprendemos de pequeños son valores importantes, pero en mi aprendizaje no entró la doble posibilidad. Hoy igual que vivo y siento cuando estoy despierta, también lo hago y disfruto, si me apuras, cuando sueño, pero con la libertad de no tener que explicar nada a nadie. No los juzgo, solo floto espectante en cada episodio. Ahí vale todo.

Esas curvas me hacen viajar por la piel de lo onírico y no, no me hace falta pitar.

Suspiro una y otra vez de gozo cada vez que llega la hora de soñar. Qué de sensaciones bonitas.

13 Noviembre 2012









Es un día extraño.

Recuerdo perfectamente tal día, hace cuatro años que hacía un sol radiante, como hoy, pero el frío congelaba los huesos. En cambio, hoy hace hasta calor, todo el mundo lleva el abrigo en la mano y la energía se nota mas relajada por ello. Es día de recargar pilas con el sol.

Es extraño porque un día como hoy tiene algo especial.
Para los más supersticiosos, encima, es martes -y trece- ; para los más graciosos tiene rima, jajajaja, trece; para los que tienen mucha mucha suerte podrán, incluso, disfrutar de un eclipse maravilloso al otro lado del mundo; para ti es un día especial con un clima especial y con toda una vida por delante para celebrar; Para mi es un día extraño.

Todos los días nacen y mueren personas. Para mi el día de hoy tiene de las dos. No por ello hay que dejar de celebrar. Hay que celebrar el cambio, el pasado, el presente, el futuro y por qué no, el presente de nuevo.

Y hoy, desde este lado del charco, sintiendo el calorcito del sol, celebro el cambio y tus 23 añazos. Pronto, muy pronto lo celebramos juntas.

Feliz vida!

Ella


Hice mi primer examen de francés en el colegio. Mi profesora se llamaba Teresa y tenía una cara peculiar. Me explico: era mayor pero no tanto, tenía arrugas, un corte excesivamente extraño en el pelo, cada vez que hablaba teníamos que sacar el paraguas y aún recuerdo con orgullo aquel retrato que la hice a portaminas en la mesa de clase.
Por aquel entonces no tenia juicio crítico sobre mis profesores, o molaba o no molaba y ya está. Ella no me gustaba, pero aprender un idioma nuevo, si.
Total, que de aquel examen -que me imagino que aprobaría- tuvo lugar hace 11 años aproximadamente.

Llegué al instituto y seguí con las clases de francés pasando por todo tipo de profesoras, exámenes y experiencias. Pitin es aquella mujer que me enseñó a amar un idioma, haciéndome ver que no todo es gramática, traducción y exámenes horribles, si no que se podía aprender a través de personajes, textos e historia.  Es esa clase de persona que ama su profesión y aquello que enseñaba. Nos lo transmitía con cada clase que daba y fue la que me descubrió la escultura a través del francés (o el francés a través de la escultura, aún no lo tengo muy claro después de tantos años). Nos hizo conocer en profundidad a Rodín a través de un figurón femenino como fue Camille Claudel. En clase trabajamos el tema, la escultura, las biografías, luego nos llevó a ver una exposición en Madrid y posteriormente nos puso la película que hay sobre ella.
Cuando todo eso ocurría se me metió en la cabeza la idea de haber sido esa mujer en otra vida, por aquello de no tener que vivir dos vidas dramáticas y pensar que esta va a ser mejor.

A día de hoy esa idea es mas borrosa. Lo que si es verdad es lo mucho que me fascina la vida y obra de esta mujer y lo rápido que aprendí a no sobrevalorar a Rodín y sus méritos solo por ser hombre y artista en el París impresionista. (já, Rodín, chúpate esa, por capullo!)