Ella


Hice mi primer examen de francés en el colegio. Mi profesora se llamaba Teresa y tenía una cara peculiar. Me explico: era mayor pero no tanto, tenía arrugas, un corte excesivamente extraño en el pelo, cada vez que hablaba teníamos que sacar el paraguas y aún recuerdo con orgullo aquel retrato que la hice a portaminas en la mesa de clase.
Por aquel entonces no tenia juicio crítico sobre mis profesores, o molaba o no molaba y ya está. Ella no me gustaba, pero aprender un idioma nuevo, si.
Total, que de aquel examen -que me imagino que aprobaría- tuvo lugar hace 11 años aproximadamente.

Llegué al instituto y seguí con las clases de francés pasando por todo tipo de profesoras, exámenes y experiencias. Pitin es aquella mujer que me enseñó a amar un idioma, haciéndome ver que no todo es gramática, traducción y exámenes horribles, si no que se podía aprender a través de personajes, textos e historia.  Es esa clase de persona que ama su profesión y aquello que enseñaba. Nos lo transmitía con cada clase que daba y fue la que me descubrió la escultura a través del francés (o el francés a través de la escultura, aún no lo tengo muy claro después de tantos años). Nos hizo conocer en profundidad a Rodín a través de un figurón femenino como fue Camille Claudel. En clase trabajamos el tema, la escultura, las biografías, luego nos llevó a ver una exposición en Madrid y posteriormente nos puso la película que hay sobre ella.
Cuando todo eso ocurría se me metió en la cabeza la idea de haber sido esa mujer en otra vida, por aquello de no tener que vivir dos vidas dramáticas y pensar que esta va a ser mejor.

A día de hoy esa idea es mas borrosa. Lo que si es verdad es lo mucho que me fascina la vida y obra de esta mujer y lo rápido que aprendí a no sobrevalorar a Rodín y sus méritos solo por ser hombre y artista en el París impresionista. (já, Rodín, chúpate esa, por capullo!)



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