Espacios

Llevo tiempo queriendo escribir sobre el habitáculo donde vivo, donde paso la otra mitad de las horas, la mansión, mi cuarto, mi espacio lleno de luz y de ventanas que me enseñan el sol al atardecer.

Nada más llegar me recomendaron que fuese al matadero, un matadero parecido al de Madrid, de menos dimensiones pero con gran actividad cultural también. Desde mi ventana se ve, y es que está a menos de dos minutos andando.
Cuando me disponía a ir a ver que oferta cultural tenían llegó sin esperarlo a mis manos un folleto con todos los eventos de este mes y resulta que tal día como hoy tocaba Standstill por nada de dinero a cambio del espectáculo que me iba a encontrar, y es que debido a las dimensiones del centro no podía ser muy multitudinario.

Y en efecto. El espectáculo que traian se llama Room. Todo con una iluminación muy intima que invitaba a sentirse como en casa.
Sentada en primera fila sin intuir todas las personas que había detrás he llegado a viajar a través de un mundo poco familiar que se parecía a lo que llevo sintiendo unos días aquí, hasta que he vuelto a caer en la tierra y me he dado cuenta de lo a gusto que me sentía. Como si estuviesen tocando en el salón de cada una de las personas que estábamos allí sentadas.

Ahora que ya me siento un poco más como en casa y viendo que la habitación es solo un mero trance para ubicarme, creo que ya estoy preparada para no aplazar esa presentación de los días tan intensos que llevo viviendo hasta ahora.

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