Empieza
Septiembre.
Este mes siempre ha sido, para mi, el comienzo del año. Ni Enero,
ni año nuevo ni nada de eso. Cuando
empieza el año, para el calendario, estamos plenamente sumergidos en el
invierno, y los cambios tienen que hacerse a la par que los solsticios. También
serán costumbres: cerrar la piscina, comprar libros, hacer estuches nuevos y
empezar el cole. Pero esta vez no hay cole. El cole me lo tengo que replantear
en la cabeza y ejercitar la mente, el cuerpo y el alma a la vez sin que nadie
me guie sobre ello. Será difícil pero no imposible.
De
momento creo que una lista con algunas cosas que hacer puede ser un buen
comienzo:
Seleccionar
algunas bonitas vivencias de Abril hasta Septiembre de este mismo año. Querría
haberlo llevado más al día y me he dejado.
Hacer
una recopilación de aquellas reflexiones que de alguna u otra manera pueden
hacer que me construya un yo interior más sano y feliz.
Escribir.
Escribir sobre temas concretos, con profundidad. A ver si así se me abren un
poquito las interioridades, que están tan dentro que ya casi no sé si son mías
o de otra.
Fijar
un objetivo, respecto a las fotos que pretendo empezar a hacer en otoño. Para
examen
Buscar
trabajo, o salir corriendo de aquí. Sea la que sea de una manera ordenada
¿Ordenada?
Aprender a tener un orden físico y mental. Una vez detectado el problema que
mejor que empezar a trabajar en él.
Hablando
de detectar. Detectar todos los demás, que son muchos. Pero, ¿serán problemas?
No lo creo, los problemas son muy chungos y yo no fumo.
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