- Siente -





Una noche conocí a una bruja, sabia hechicera y dueña plena de su cuerpo. Hacía fresquito, dato que me viene porque los pelos se me erizaban cada vez que soplaba el viento. El olor era el característico de las ciudades pequeñas que tienen el verde cerca.
Solo recuerdo que no paraba de cantar, que la edad, seguro no era la que aparentaba y que la fuerza salía a través de ella, sentada en el suelo acariciando los senos a la vida mientras la vida absorbía la voz que cantaba los siguientes versos.

El que no sabe de amores llorona
no sabe lo que es martirio.
El que no sabe de amores llorona
no sabe lo que es martirio.

Dos besos llevo en el alma llorona
que no se apartan de mi.
Dos besos llevo en el alma llorona
que no se apartan de mi.

El último de mi madre y el primero que te di.
El último de mi madre y el primero que te di.

Aquel día me enamoré de las mujeres, de Chavela.





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